Historia: 

 En 2013, nuestro pequeño emprendimiento de venta de insumos para tatuadores, se convierte finalmente en una empresa formal, registrada y regulada.

Bajo el nombre de La Catedral Tattooshop, nace finalmente este sueño de poder llevar a cada mesa de trabajo, de cada tatuador de este país, los productos y el servicio de La Catedral.

 Todo comenzó con la idea de brindar a nuestros clientes un espacio donde pudieran no solo comprar sus materiales para trabajar, sino también un espacio donde compartir sus conocimientos con otros colegas. Abordar las distintas expresiones de ese hermoso arte desde una multiplicidad de puntos de vista y generar ámbitos de intercambio, y sobre todo de crecimiento.

 Lo subjetivo del arte abre un montón de interpretaciones y expresiones, todas ellas válidas y respetables. Y La Catedral desde un principio fue pensada como ese espacio dónde estos intercambios pudieran darse.

 Si nos remontamos a la edad media, cuando los primeros asentamientos de grupos humanos iban poblando la campiña europea. Era costumbre establecer en cada uno de estos poblados un centro de reuniones, de comercio y de intercambio, entre los locales y los peregrinos que por allí pasaban siguiendo diferentes rutas.

 Las Catedrales fueron en ese momento el centro de referencia y de reuniones para cada uno de estos grupos. Allí no solo se daba lugar a la liturgia y a la adoración, sino también que eran utilizadas como centros de conocimiento y educación de los más diversos oficios.

 Allí los monjes perfeccionaban la escritura, los albañiles compartían conocimiento de construcción en cofradías y alrededor de La Catedral, se desarrollaban un montón de oficios que y actividades económicas que eran el motor del crecimiento de estos centros poblados. Muchos de ellos hoy consolidados como ciudades mundialmente reconocidas.

El concepto detrás de nuestro nombre La Catedral justamente es ese, un lugar de congregación de artistas del tatuaje y piercers, donde además de poder compara sus materiales, pudieran intercambiar conocimiento y en ese intercambio tanto con pares como con el equipo de La Catedral, continuar creciendo y siendo cada vez mejores artistas.

Si bien hoy La Catedral está más focalizada en brindar servicio a los tatuadores. Aún mantenemos la llama encendida de esa aspiración que creemos vamos a lograr en muy poco tiempo.

Ser un espacio abierto, de intercambio entre artistas y un lugar donde el conocimiento ya no se encuentra encerrado en la experiencia de cada uno, si no que éste se convierte en el principal insumo y se comparte de forma desinteresada por el bien y el crecimiento de todos los que amamos este mundo.